CHARLA CON EL HUMORISTA GRÁFICO DE TEMPERLEY

Dobal: "Mis historietas se publicaban de México para abajo"

Por Rolando Ríos

16 de Noviembre de 2002

Felipe Miguel Ángel Dobal
Felipe Miguel Ángel Dobal

Sábado por la mañana. Llego a la casa de Dobal. Aunque había tenido contactos telefónicos previos y tenía la idea de encontrarme con una persona de lo más sencilla y amigable, fue para mí una grata sorpresa sentarme en su living y charlar de la manera más simple, casi yendo detrás de palabras y frases que inundaban de anécdotas el espacio.

Todo resultó interesante. Como el mismo Don Miguel, un vecino ilustre de la ciudad que ha sabido permanecer con su arte del dibujo humorístico a través de ya más de 56 años de publicación ininterrumpida.

Me contó detalles de su vida, de su obra y de su pensamiento, que, estoy seguro, desde hoy pasarán a formar parte de la tradición local, como historial, pero también como ejemplo de aporte para el desarrollo humano y comunitario, y además, como un merecido homenaje biográfico (si se me permite la expresión).

Estuvieron presentes los temas locales, como la autonomía municipal, la función pública, como también la difícil situación actual del país.

Más que entrevista lo tomé como una charla. Una charla entre vecinos. Uno deseando relatar, otro deseando aprender. Porque, gracias a Dios, aún nos quedan ejemplos.

Don Miguel, quien en enero cumplirá 80 años, es un orgullo para la ciudad, si se nos permite sentir orgullo ajeno, adueñarnos aunque sea por un rato de los logros y virtudes de un ser lleno de vida y con el empeño puesto en construir.

Construir desde abajo. Como cuando empezó de chico allá en Villa Rosas, un pueblo en las afueras de Bahía Blanca, a dibujar con sus hermanos, hasta que le llegó la oportunidad de la gran ciudad.

Esta es su historia y su presente.

CAPÍTULO 1

Desde el principio: Puán y Bahía Blanca

¿Es Don Miguel o Don Felipe?

De las dos maneras. Hay algunos que me llaman Felipe, como Felipe es mi primer nombre, pero a mí me llamaron toda la vida Miguel. Es un problema.

Usted nació en Puán, en la Provincia de Buenos Aires ¿Qué nos puede contar de sus primeros años?

Yo nací en Puán el 7 de enero de 1923.

... y se fue a los 4 años para Bahía Blanca...

No. Sabés qué pasa. Mis padres vivían en Bahía Blanca, en Villa Rosas, que es una villa que está entre Bahía Blanca e Ingeniero White. Mi mamá para tener familia iba a Puán, a la casa de sus padres, porque era donde ella había nacido.

¿y su papá?

Mi papá no. Mi papá había nacido en Ayacucho. El padre de él era ferroviario, había sido jefe de estación en Ayacucho, en Las Flores, por esa zona.

Cinco hermanos éramos. Todos nacimos en Puán. Primero el mayor, segundo yo, mi hermano el tercero que hoy es cura, es Monseñor Dobal que está en Bahía Blanca, después mi hermana que vive en Tucumán. El único que nació en Villa Rosas fue mi hermano más chico, después todos nacimos en Puán, porque mi mamá iba a tener familia a Puán. Después nosotros íbamos a la casa de mis abuelos, a pasar vacaciones... Yo el segundo grado lo hice en Puán. Por eso tenemos el contacto con Puán.

O sea, se dividían el tiempo entre los dos lugares. Es decir que no hay una fecha que digamos Usted se fue de Puán....

(Asintiendo) No, no, es que además en Puán no pasó la vida nuestra. Pasaron muchos años de nuestra vida sí, pero así alternados. Pero vivíamos en Bahía Blanca.

En Puán ¿tiene familia actualmente?

Sí, sí, tengo primos todavía.

La ciudad de Puán, cabecera de partido, ¿le ha hecho algún homenaje?

Sí. La escuela N°1 donde yo hice 2do grado, en una ocasión cuando la escuela cumplió 100 años, yo fui, y me hicieron un homenaje, me dieron una medalla. Lindísimo, lindísimo.

Continuando con sus padres ¿Cómo eran sus nombres?

Carlos Ramón Dobal y Juana Marcchi, hija de italianos mi mamá.

Su época en Bahía Blanca. Usted por supuesto que ya desde chiquito le gustaba dibujar...

Como yo diría como el 90% de los chicos. Al 90% de los chicos les gusta dibujar, o al 80...

Tuve la suerte de que mi hermano mayor, mirá vos cómo es el destino o la mano de Dios, qué se yo, mi hermano el que hoy es sacerdote. Yo ya había terminado 6to grado. Siempre dibujaba. Me gustaba dibujar como a tantos chicos. Con mis hermanos hacía una revista que se llamaba El ojal. Yo hacía los dibujos...

En esos momentos ¿cuántos años tenía?

Era una revista de entrecasa, a los doce o trece años...

Y a mi hermano le da por llamar a Bahía Blanca. Yo iba a entrar a 1er año, al Colegio Don Bosco. Había terminado 6to grado. Bueno, andaba haciendo los trámites, y a mi hermano le da por llamar a un dibujante en Bahía Blanca que tenía una agencia de publicidad a la mañana, y que a la tarde trabajaba en New London, una tienda. Mirá qué tiempos, una tienda tenía un dibujante exclusivo para que le haga los dibujos de los sobretodos, los trajes, los sombreros, para publicar los avisos.

Le preguntó si no precisaba un aprendiz, un ayudante. Y le dijo sí, sí, que venga mañana. Al otro día fui. No me acuerdo bien en detalle se llevé algún dibujo que había hecho para que viera. Lo que sé es que empecé, pero no a trabajar, era la época en que había aprendices. Había aprendices de sastre, de peluqueros, en este caso de dibujantes. Entonces no me pagaban. Iba todas las mañanas. Barría. Era una sola oficina. El escritorio. Después le hacía mandados. Iba a las pinturerías a buscar pinturas, todo lo que necesitara.

Y me enseñó a dibujar. Bah, me daba algunas cosas que copiara, después me las corregía, y con él aprendí muchos rudimentos del dibujo, no?. Hasta que dejó y se fue a... compró una rifa de esas que se vendían antes, 2 números 1 peso, se sacó un auto, lo vendió enseguida y se fue a Montevideo. En aquél entonces fue a poner una agencia en Montevideo, y no sé más de él.

Después al tiempo, en el mismo lugar, un chico de Bahía Blanca que había estudiado publicidad acá en Buenos Aires, puso otra agencia, y ahí ya entré como ayudante de él. Me acuerdo que me pagaba $30.

Después mi hermano mayor entró a trabajar con los fotógrafos de El Atlántico. En Bahía Blanca en aquél entonces estaban a la mañana La Nueva Provincia y El Atlántico. La Nueva Provincia sigue estando hoy. Gran diario. Y a la tarde estaban Democracia y La Gaceta. Mirá lo que era el periodismo. Claro, no estaba la televisión. Y después estaban El Censor y El Régimen que eran semanarios.

Bueno, mi hermano entró a trabajar con Mazarín y Fernández, fotógrafos de El Atlántico, como ayudante de ellos. Aprendió fotografía, y todo. A poquito de estar ahí me dice mi hermano ¿por qué no hacés dibujos para los domingos, deportivos, de fútbol, con Rosario Puerto Belgrano que era el marinero, Liniers que era un chivo, Huracán igual que acá un globo, el malevo era Villa Mitre...

¿Estaba Olimpo en esa época?

Olimpo era el millonario. Sí, sí, claro que estaba Olimpo. Porque uh! tenía una sede... en pleno centro, al lado de La Nueva Provincia justamente.

Y empecé a hacer eso, y cayó muy bien. Porque acá en Buenos Aires los hacía también el diario Crítica. Había hecho que Boca era el pizzero, que River era el millonario...

Bueno, esos motes a los clubes les viene bárbaro a la gente que hace trabajos como Usted, porque pueden explotarlos...

Así es, así es. Cuando entré al Atlántico era en el año 39, o sea tenía 16 años. Y bueno, fue muy bien hasta que un día me llamaron para que entrenara dibujantes del diario. Me acuerdo que empecé ganando $40. Hacía los dibujos deportivos, y por ahí si se me ocurría algo, algún recuadro de algún chiste, alguna nota de realidad, lo hacía, y me lo publicaban.

Era de Don José María Pérez Bustos el diario. Después estuvo de director un tal Morelli que había venido de Buenos Aires, y me dice: Dobal, no se anima a hacer una nota todos los días. Y le digo, sí, como no que me animo. La llamamos Actualidad por Dobal.

Entonces todos los día empecé a hacer Actualidad, y todos los días fue bastante famosa. La hice como 3 años, desde 1943 hasta 1945.

De la época en Bahía Blanca, ¿conserva contactos o conocidos?

Sí como no... Lahitte, un chico que me suplantó a mí cuando me vine para Buenos Aires.

Biografía de DobalBiografía de Dobal

Al 90% de los chicos les gusta dibujar, o al 80...

DOBAL

CAPÍTULO 2

Don Fulgencio y Lino Palacio

Don Fulgencio
Don Fulgencio

Primer número de Don Fulgencio, aparecido el 17 de Octubre de 1945

En ese año, 1945, se viene para Buenos Aires...

Exactamente. Tenía un amigo, César Bertorini, en Buenos Aires. Era aviador, piloto civil. Yo era amigo de todos los aviadores del AeroClub de Bahía Blanca. Una vez me ayudaron todos ellos para el Baile de los Aviadores. Decoramos todo el Teatro Municipal. Ellos compraron las pinturas, los papeles. Yo no sabía nada. Hice los dibujos. Y pintamos e hicimos unos decorados enormes. ¡Qué entusiasmo!

César Bertorini me manda una carta y me dice que Lino Palacio, el famoso dibujante, iba a sacar una revista, y que si yo le mandaba dibujos, él se los llevaba. Y así, le mandé dibujos, una o dos veces, hasta que me vuelve a escribir y me dice que Lino Palacio quería que viniera acá, que viniera a prueba.

Nunca había venido a Buenos Aires. Bueno, me vine.

Este chico, César Bertorini me fue a esperar a Constitución. Cuando yo llegué a Buenos Aires (se ríe), que impresionaba ver, yo tenía 22 años. Recuerdo la imagen de Constitución.

Después me llevó a la casa, a la pensión, de mi tía en la calle Moreno 1133, cerca del Ministerio de Obras Públicas.

A la tarde me vino a buscar para llevarme a lo de Lino Palacio, que era en la calle Sarmiento 643 entre Florida y Maipú. Lino tenía ahí una gran agencia de publicidad. En aquél entonces tenía Don Fulgencio y hacía la Historieta del Hogar, que era muda y las tapas de Billiken, ah¡ y Ramona, que publicaba en La Razón. Fulgencio la publicaba en La Prensa, después la pasó a La Razón. La agencia tenía 2 dibujantes y un jefe de dibujantes. También estaba Guerrero, un gran dibujante, muy amigo mío, que saca una revista humorística, ya sé, Lúpin. Guerrero le hacía Ramona.

Vine entonces a trabajar con Lino Palacio. César me llevó y lo conocí ahí. Lino iba a sacar la revista que llamaba Don Fulgencio, que en ese entonces era un gran personaje de historieta que había empezado en La Prensa y en ese entonces lo tenía en La Razón. Aquélla Razón, la de la tarde, la de Don Ricardo Peralta Ramos.

Yo vine acá el 16 de septiembre. ¿Sabés qué fecha tenía el primer número de Don Fulgencio?. Salió el 17 de Octubre de 1945. El Día de la Lealtad. Gente, y gente y gente. Gente que llegaba. Los trenes llenos. Era impresionante.

Y a Perón lo tuvieron que soltar. Pero mirá qué ingenio, este Lino, qué grande. Al otro día cuando fuimos a trabajar a la revista. Supongo que al otro día es que nos habremos vuelto a reunir para trabajar. Lino cuando llegó dice: Yo sabía que el día que sacara mi revista, saliera a la calle, Buenos Aires se iba a conmocionar, pero nunca creí que se iba a conmocionar tanto (risas).

Con mi primo salimos a caminar. Con el hijo de Lino Palacios, Jorge Palacios, Faruk, que nos hicimos juntos. Además estaba Landrú, Juan Carlos Colombres. Todos trabajábamos ahí.

Perdón, pero qué semillero era eso ¿verdad?

Sí, todas las revistas. Lo que pasa es que en ese entonces ya estaba Rico Tipo, que era de Divito. Columba tenía revistas también. Y después no hubieron. Se terminaron. Hubo una época en que hubieron muchas después.

Yo trabajé en una revista chilena, Pobre diablo, que se hacía acá también. Se hacía en Chile y se hacía acá. Acá la hacía Juan Luis Rivas, un gran periodista que vivía acá en Turdera y que falleció.

Dibujé también en muchas revistas. Dibujé en El Hogar, El Mundo Deportivo, en Damas y Damitas, una revista muy famosa de las mujeres donde tenía una historieta de un personaje, una mujer. Trabajé en Gente también, una gran revista...

Don Fulgencio ¿tenía temas de actualidad?

No... En la tapa no. En la primera página, sí. Había dos tipos que hablaban. A lo mejor era un juego de palabras, que Lino Palacio era muy hábil. Pero Lino en ese entonces de actualidad hacía en La Razón la historia de la Guerra, donde lo usaba a Hitler, a Stalin, a Churchill, fue muy famosa. Cinco libros hizo de la historia de la Guerra.

¿Qué pasó con la revista Don Fulgencio?

La revista Don Fulgencio vivió 36 números. Lino confiaba mucho en el humorismo español, del que se nutrió Landrú.

Acá en la Argentina, el porteño estaba acostumbrado al humorismo de Patoruzú primero, y después al de Divito en Rico Tipo. Entonces esto era otro tipo de humor. Un humor medio alocado que era el de La Codorniz, una revista española, de la cual conocí y después trabajó con nosotros a un señor Paco Fernández.

El había estado en la Guerra Civil Española, tenía un problema en un brazo con un hueso que le salía por acá (muestra su antebrazo). El era tanquista según nos contaba. Y era muy ingenioso para escribir. Justamente escribía humor. Y dice que él escribía también en la época de la Guerra Civil Española. Se llamó La ametralladora esa revista. Cuando terminó la guerra se llamó La Codorniz.

¿Cómo diferencia usted estos distintos estilos de humor?

Yo no tendría capacidad para definirlo, pero está el humor este, el conocido, el que todavía nosotros tenemos, el humor cotidiano, la chacota común de acá. En cambio aquél, el de La Codorniz era un humor totalmente distinto. Además los dibujos muy simples, no como el de Divito o el de Quinterno o el de Lino Palacio, que los dibujos eran producidos, perfectos. Por ejemplo me acuerdo uno en que un tipo está así con la boca abierta (actúa) y la mujer le dice: Querido, tenés la boca abierta, y dice: Sí, ya sé, la abrí yo (risas). Es tonto, absolutamente tonto. Y bueno, ese humor no cuajó acá. Ese es el humor de Landrú, con dibujos más simples y cosas medio insólitas. Entonces la revista vivió sólo 36 números. Lino le tenía mucha confianza.

Y después ¿cómo siguió?

Entonces pasé a ser ayudante de Lino. Yo le plantaba las historietas. Don Fulgencio se la plantaba a lápiz. Había quien hacía los argumentos. Tomábamos los argumentos. Claro, Lino no podía hacer tanto. Yo le plantaba Fulgencio, Avivato y Tarrino, tenía tres historietas diarias. Y otros la pasaban a tinta. Yo lo hacía en lápiz y otros lo pasaban a tinta.

De la época de Lino Palacio, buscando material, encontré una autobiografía que hizo la hija de Lino, Cecilia Palacio, dibujante conocida...

Sí, sí, Cecilia. Después hizo Ramona, el padre le dejó Ramona.

... ella cuenta cosas de su historia, pero en un momento lo menciona a usted. Se lo leo textual: "Mi padre, como todo genio, era muy particular. Había que recordarle que había que firmar los dibujos. No le daba mucha importancia a lo que hacía. Un día, el humorista Dobal, que era uno de sus ayudantes, lo encontró rompiendo originales de las tapas de Billiken. ¡Pero Lino! ¿Qué estás haciendo?, gritó. Asustado tomó un montón de dibujos y se los llevó a su casa...

(se sonríe) Los tengo acá...

...Gracias a Dobal se conservan 30 originales."

Sí, más de 30. Debo tener unos 50 por lo menos. Cuando necesitan hacer una exposición, vienen, me los piden y me los devuelven. Son míos. Lino los rompía. ¿Sabés lo que es? (exclama).

Entonces participó en la época de Lino Palacio en Billiken también...

Claro, yo era ayudante de él. Algunas tapas de Billiken estaban coloreadas por mí. No muchas. Pero el dibujo de las tapas de Billiken clásicas era todo de Lino. Jamás nadie hizo las tapas como las hizo Lino Palacio.

Jamás nadie hizo las tapas (de Billiken) como las hizo Lino Palacio

DOBAL

Don Belindo y el Cabo Cayoso, personajes de Billy Kerosene recreados gráficamente por Dobal, para Avivato, 1953

Tapa de la revista Billiken, del 2 de Septiembre de 1957, por Lino Palacio

CAPÍTULO 3

Tiras propias:

El detalle que faltaba y De la crónica diaria

Dobal, De la crónica diaria
Dobal, De la crónica diaria

De la crónica diaria, publicada en Clarín el 1° de Junio de 1978, cuando comenzó el Mundial de Futbol. El texto dice: ... hoy, alegrando a millones...

Luego ya empieza a trabajar solo, con tiras propias ¿no es cierto?

Exactamente. Yo trabajé con Lino 15 años, del año 45 al 60.

Es decir que mientras estaba con Lino, en 1958 empezó en Clarín ¿Cómo fue, lo llamaron para participar?

No. Vos sabés que se me ocurrió un chiste. Había ocurrido algo en Buenos Aires y tenía un juego de palabras. Me gustaban mucho los juegos de palabras. Entonces digo: ¡uy!, qué chiste bueno. Hice uno, dos, tres. Yo en ese entonces compraba Clarín. Uy, qué bueno sería... ¿Dónde los puedo llevar?.

Ningún diario tenía dibujante en aquél entonces. Nada. Lo podía llevar a La Prensa, a La Nación, a Clarín... (recuerda). No sé qué otro diario había a la mañana... No sé si seguía saliendo Democracia. Crítica ya salía poco. Ya había pasado la época gloriosa de Crítica y sus dibujantes. Ningún diario tenía actualidad, un recuadrito.

Los llevé a Clarín a la calle Moreno al 800, donde tenía la redacción. Porque talleres usaban esos talleres grandes que había en Buenos Aires. No tenía talleres propios ni mucho menos. Voy ahí. Hablé con Avayone, que era el secretario general de redacción. Bueno... me dijo que los dejara.

Pasaron 3, 4 ó 5 días y volví a ir. Me atendió el intendente, un tal Rodríguez, que me acuerdo de él perfectamente, también trabajaba en La Razón. Le digo: ¿el Señor Avayone?. No, no trabaja más, me dijo. Guau, me desapareció el piso debajo de los pies. Cómo me debo haber quedado que me dice ¿para qué lo precisaba?. Y... yo lo buscaba porque le dejé unos dibujos. Yo soy Dobal, el dibujante, y le dejé acá unos dibujos. ¡Ah! Dobal, me dice, no, los dibujos suyos los tiene Guevara.

Guevara era un gran diagramador que tenían, un gran dibujante argentino. Lo esperé un poquito, que estaba por venir. Llegó y me dijo: Ah! Dobal, el 14 de abril (N.R.: de 1958) empieza a salir su dibujo.

Y así fue que fui el único dibujante de Clarín hasta el año 1973. Yo hacía todos los días un recuadrito y los domingos una página, titulada En verso. Eran dos líneas rimadas. Después los epígrafes debajo de los dibujos eran rimados. Una cosa muy elaborada. Muy linda.

¿En qué parte del diario salían sus dibujos?

Clarín lo sacaba todos los días en la portada de la 2da Sección. Decía Notas sociales arriba, estaba la historieta Colita, que era una historieta de un perrito de Walt Disney, y después abajo, estaba el recuadro mío.

Un día el Secretario General Jacobi me dice: Dobal, no puede ser que los domingos no publiquemos nada suyo. Tendríamos que hacer algo. Y se me ocurrió eso de hacer una página titulada En verso. Primero era toda la página. Después la compartía con la columna de Horacio Stoll, un gran periodista que tenía Clarín en Estados Unidos. Era un lujo compartir la página con él. La publiqué hasta el año 73.

Cuando empieza la Ultima Página...

Ahí entraron otros dibujantes y a mí me pidieron que hiciera algo. De la crónica diaria en ese entonces no nació como cosa política, sino nació como tira como si fuera un trozo de una nota periodística. Había un dibujo y debajo lo definía como una línea, un comentario. Después se transformó en político.

Así es más o menos como se mantiene hasta ahora ¿no es cierto?

Sí. Estaba Caloi, que sigue estando. Su historieta no se llamaba Clemente como se llama ahora. Era un tranvía con un motorman que recorría las calles de Buenos Aires. Y tenía un pajarito chiquito que estaba con él, que lo llamaba Clemente. Porque el pajarito se comía al personaje principal que era Bartolo y se convirtió en Clemente la historieta.

¿Cómo fue su paso por La Razón?

En abril del 58 empecé en Clarín, y en noviembre, Lino Palacio me dice: Dobal, Don Ricardo anda buscando otra historieta ¿por qué no le llevás algo?. Y decir Don Ricardo, era decir Don Ricardo Peralta Ramos, que era el dueño de La Razón. La Razón la hacía Don Félix Laíño, ese gran periodista de Buenos Aires que falleció hace poco, y que el hijo es hoy director de La Prensa.

Le llevé El detalle que faltaba, enseguida le gustó, y empecé a publicar esa historieta.

Así, en abril de 1958 comencé a publicar en Clarín que luego se convirtió en el diario de mayor tiraje de habla hispana, y en noviembre del mismo año comencé a publicar El detalle que faltaba en La Razón, el vespertino de mayor tiraje de habla hispana. No había ningún diario que le pisara el poncho en todos los países de habla hispana.

Dobal y Tato Bores
Dobal y Tato Bores

Dobal con Tato Bores

Felipe Miguel Ángel Dobal
Felipe Miguel Ángel Dobal

"... en Abril de 1958 comencé a publicar para Clarín, que luego se convirtió en el diario de mayor tiraje de habla hispana, y en Noviembre del mismo año comencé a publicar El detalle que faltaba en La Razón, el vespertino de mayor tiraje de habla hispana..."

DOBAL

Dramas clasificados, tira que acompañaba los clasificados de La Razón

Al respecto le quería preguntar. Usted mencionó haber trabajado para una revista chilena. ¿En qué otros países se publicaron sus tiras?

La United Press me distribuía las historietas. La gran agencia periodística norteamericana. Ellos vendían en el exterior mis historietas. Así como vendían las de Lino Palacio y las de grandes dibujantes de acá.

Las colocaban en todos los grandes diarios de América. Me publicaban El detalle que faltaba (de La Razón), la de Clarín, y me distribuían otra historieta que después hice en La Razón, que se llamaba Dramas Clasificados. Tenía dos historietas en La Razón.

Se publicaban de México para abajo. Yo me acuerdo que El detalle que faltaba se publicaba en Chile en Santiago, en Arica y en Valparaíso. De México recuerdo que se publicaba en El Universal de la Ciudad de México, en no me acuerdo cuál de León, y en otro de Monterrey. Y después, no te voy a nombrar todas las ciudades, pero se publicaba en Caracas, en Quito, en Lima, en Montevideo...

Sí, vendí muchísimo. Después la United Press cerró la parte gráfica con el correr del tiempo, y una chica que trabajaba ahí me la sigue distribuyendo. Mucho menos que antes, claro.

Por lo que cuenta, la tira de más llegada, la más conocida, es El detalle que faltaba...

Claro. El detalle que faltaba. Porque era universal.

Un día, en el año 85, me llama García (N.R.: de Crónica) y me dice: Ando buscando nombres, porque lo tengo a Landrú, lo tengo a Basurto... (Basurto trabajaba en La Nación) porque quiero tener historietas. Digo, parece la mano de Dios. Porque La Razón ya empezaba a declinar. Don Félix Laíño ya se había ido. Don Ricardo estaba enfermo. Los hijos tomaron el diario pero se fue en picada. Después lo pusieron a Timmerman y cuando supo que estaba Timmerman, don Félix Laíño se fue.

Desde el año 85 hasta el año pasado (N.R.: 2001) la publiqué, porque el año pasado me llama García y me dice: Dobal, habiendo diarios a la tarde que se regalan, no te podemos pagar la historieta. Y dejé de publicarla. Les mandé una carta dándoles las gracias por todas las atenciones recibidas, y por todo el afecto... pero sí, de la noche a la mañana dejó de salir. Si no podían, no podían.

De la crónica diaria, publicada en Clarín el 26 de Abril de 1982, durante la Guerra de Malvinas. El texto dice: ... el esposo de Margaret Thatcher

En este momento, entonces, mantiene De la crónica diaria.

Y la distribución. Mirá, yo alcancé a vender más que Lino Palacio.

¿Tuvo personajes propios?

Hace muchos años, antes de estar en Clarín, en el diario La Época, que era de Eduardo Colon, publiqué una historieta que se llamaba Querubino. La publiqué durante mucho tiempo. Ahora la pensaba reeditar. Era un angelito. Todo transcurría en el cielo, entre las nubes. La publiqué durante 2 años, por lo menos, alrededor del 50.

Bueno, en la revista Don Fulgencio tuve varios personajes también, de historieta. Pero en diarios, el único personaje fue ése.

(se suma Osvaldo Pimpignano a la entrevista)

RR: Como dice Osvaldo, ¿se considera un relator gráfico del acontecer nacional?

D: Claro, claro...

RR: Y en cuanto a las ideas, porque me imagino que tiene toda la libertad para elegir los temas, si tiene que elegir entre varios temas ¿cómo los selecciona?

D: Tengo libertad absoluta. Dicen que el periodismo se basa en 4 palabras: Qué, cómo, dónde y cuándo. Y lo nuestro, yo creo que se basa solamente en dos palabras. Lo nuestro es qué y cómo.

O sea ¿qué?, ¿Qué vas a hacer? ¿Cuál es el tema? ¿Qué tocás? La conferencia de cancilleres, bueno cualquier tema, ¿qué tema de los que hojeás en el diario?. Y después ¿cómo? ¿Cómo lo hacés? ¿Hacés un chiste? ¿Ponés al presidente?. Muchas veces a uno se le ocurre... ¿Pongo al Ministro?, no, mejor va a quedar con el presidente. ¿Hacés un juego de palabras? ¿Un chiste? ¿Una cosa demostrativa o figurativa?. Y cuando solucionás esos dos problemas ya está.

Es un poco difícil de explicar. Hace nada más que 45 años que estoy en esto...

RR: ¿Qué tipo de técnicas, materiales, usa?

D: Yo uso lápiz, goma mucha. Lo que sí me doy cuenta, le decía a mi señora, cuánto más trabajo me da dibujar, ahora. No lo había notado antes. No podría hacer todo lo que hacía antes de ninguna manera. En enero cumplo 80 años, ¿son muchos, no?

OP: Eso puede tener dos razones. Los 80 años creo que deben ser lo de menos. ¿No será que la situación que tiene que reflejar cada vez es más complicada?

D: Eso también es cierto. Porque duelen. El que publiqué hoy es doloroso.

RR: Tiene seguramente que sopesar en una balanza qué efecto va a causar ¿no es cierto?

D: Yo tengo que tener cuidado de que no ofenda a nadie.

RR: No sólo que no ofenda, sino, que como estamos en una situación muy especial ahora...

D: También. Sí, sí. Son cosas difíciles de explicar. Por ejemplo, ahí estuvimos leyendo en La Nación y le digo a mi señora: Mirá qué buen chiste éste, de Nik, por ejemplo. Y le digo: pero si a mí se me hubiera ocurrido no lo hubiera hecho. Pero por eso no dejo de reconocer que el chiste es bueno.

OP: En general, por ahí el efecto social no es bueno...

RR: No sólo el efecto social, también hay una cuestión de respeto, de no vulnerar figuras por presunciones...

D: Yo tuve la suerte de no tener problemas con nadie. Al contrario.

Cuando el General Aramburu entregó el gobierno. Se lo entregaba a Frondizi, el 1° de mayo de 1958. Yo entré en Clarín casi con Frondizi. Yo había empezado en abril. La prueba de que no había dibujantes en los diarios, yo estaba hacía poquito en Clarín. El 30 de abril, Aramburu nos citó. Yo estaba por Clarín, estaba Lino Palacio porque ya dibujaba en revistas en cosas de actualidad, estaba Ramón Columba por la Editorial Columba que hacía la página de Columba, la revista El Tony..., yo ahí lo conocí, un gran tipo, estaba el hijo de Lino Palacio, Faruk, estaba Divito (N.R.: que publicaba Rico Tipo), estaba Medrano que hacía los grafodramas en La Nación y estaba Garaycochea, y nada más. Y nos decía (N.R.: Aramburu) que ojalá que todos tuvieran la misma libertad que habían tenido durante el gobierno de él, porque Lino Palacio lo dibujaba como una vaca a Aramburu, buen vasco, perfecta, y nunca se enojó Aramburu.

Aramburu le entregó el gobierno a Frondizi en el año 58. A fines del 58 ya empecé a usar a Alsogaray, que era ministro.

OP: La época de "hay que pasar el invierno..."

D: Claro, claro. Yo me acuerdo que dibujaba un muñeco que era el invierno, que me dicen que en un libro que escribió sobre su vida él (N.R.: Alsogaray) me nombra. He estado con él. Una vez me quiso conocer.

Frondizi una vez, por el 59 debe hacer sido, me quiso conocer. Fui a la casa de gobierno. Hizo el nexo el periodista, uno de los más viejos de la casa de gobierno, hoy es el decano y ya no trabaja más. Y fui y estuve con él. Fue una experiencia fantástica. Tengo la foto. Estamos con el edecán en la foto, después se fue, nos quedamos los dos, charlamos... Yo estaba medio nervioso. Seguimos hablando de cosas, pero el problema fue después cuando salís que te encontrás con todos los periodistas: ¿para qué viniste?...

RR: ¿Usted conoció a varias figuras a nivel nacional? Usted ya mencionó a Frondizi...

D: Sí. Después Guido. Pero ésta ya fue en la Quinta Presidencial de Olivos. Me llamaron. Neustadt. Éramos pocos. Un asado. Estábamos Tato Bores, el libretista de Bores que era Carlos Warnes. Estaba Dringue Farías, que en ese entonces hacía El profesor Garrafa, también otro personaje de actualidad en televisión. Gran comediante. Estaba Landrú, Bernardo Neustadt, el Comodoro Irungaray que era el Secretario de Prensa de la Presidencia, y el Doctor Guido, nada más. Después la señora de Guido vino a hacer sobremesa, y me decía que era la encargada de recortar los dibujos. Yo lo usaba todos los días al Doctor Guido. Le dio a mi señora el número de teléfono para que fuéramos un día a tomar el té a la Quinta de Olivos, para conocer la Quinta... Pero nunca la llamamos...

CAPÍTULO 4

Temperley y la situación actual

RR: ¿Trabaja en su casa?

D: Siempre trabajé en mi casa. Después que dejé a Lino, siempre. Los llevo el lunes para martes y miércoles, el miércoles llevo para jueves y viernes, y el viernes llevo para sábado, domingo y lunes. Yo los llevo con fecha al editor y se los dejo. Yo no se los presento a nadie. Los llevo, los guardo en un cajón, y salen.

RR: Cuando vino a Temperley por primera vez, que vino a la casa de su prima y después a esta casa ¿Qué recuerdos tiene?

D: Yo vine primero a la casa de los Fernández Mendoza, que era una familia muy antigua que había acá en Temperley, que criaron a mi prima justamente porque mi tía quedó viuda. Se había muerto el hermano de mi papá, que vivían acá enfrente. Criaron a mi prima, y cuando mi prima se casó le dieron este lote para que se haga la casita, que era muy pequeña. Entonces vine a conocerlos.

Yo viví en Buenos Aires hasta que nos casamos, con Elsa. En el 48 nos casamos. Elsa que era mi novia quedó en Bahía Blanca. Yo fui allá... Lino Palacio fue nuestro testigo en el Registro Civil. Primero vivimos con Elsa en un hotel en Buenos Aires, después estuvimos en una pensión. Desde el 50 vivimos acá en esta casa. Ahora, vivimos nosotros y la ampliamos dos veces porque tuvimos 6 chicos. Vinimos acá con un solo chico recién nacido.

RR: Usted viene a Temperley porque tenía una prima, entonces...

D: Claro. Ellos después se fueron a Banfield, y nosotros vinimos acá a ocupar la casa.

RR: ¿Cómo era su día en ese entonces?

D: Al principio iba a la mañana a trabajar, volvía al mediodía acá a casa, almorzaba, y me iba corriendo a la estación, y volvía a casa a la noche. Después, a los pocos años le dije a Lino: Lino, mire, vengo a la mañana y a la tarde me quedo en casa, hago mis trabajos, los trabajos suyos... Así que al poco tiempo de ser ayudante de Lino iba a la mañana nada más y a la tarde me quedaba acá y me rendía mucho más el tiempo. Iba a la mañana y le llevaba ya las historietas plantadas.

RR: Tiene 8 hijos ¿es así?

D: Seis, seis. Tuvimos 8. Nunca llegamos a tener 8 juntos. Nosotros nos casamos en abril de 1948. Y Miguelito nació en febrero de 1949. Después nació Laura, que tiene ya dos hijas casadas. Después Carlos. Después Luis María que está ahora acá.

Después nacieron mellizos, dos varones, que después murieron. Murieron acá, estando en casa. Ya Elsa estaba acá, con ellos. Primero se murió uno, y al otro día se murió el otro. El doctor acá, peleando por ellos. No los pudo salvar.

Después volvimos a tener mellizos, un varón y una nena, María Inés, de treinta y pico de años, tiene 6 chicos.

El varón, Juan Pablo, es pianista y vive en Amsterdam. Se fue de acá en el año 89. Nosotros lo mandamos porque había un gran concurso de jazz auspiciado por Aerolíneas en Madrid. Tenemos una muy amiga que vive en Madrid. La llamamos. Pero no cuajó nada ahí en Madrid. Enseguida tuvo ocasión de irse a París, y estuvo en París 2 ó 3 meses, ya trabajando. Y tuvo ocasión de irse a Amsterdam.

RR: Nosotros lo encontramos en Internet. Tiene CDs grabados...

D: Sí. Discos tiene con distintos conjuntos.

OP: ¿Hace jazz o clásico?

D: Lo que fuere. Lo clásico más bien lo dejó. Hace jazz. Fantástico. Dicen, no dicen, sí. Tango. El tango clásico y el tango de ahora. El hace Piazzola. Juan Pablo es un gran ejecutante de Piazzola.

En el año 96 hubo un gran homenaje a Piazzola en des Halles, en París, en un teatro excepcional. Salís del subterráneo y en vez de salir a la calle, salís a un teatro monumental. Fue el 26 y 27 de mayo. Fuimos con Elsa. Fuimos a París. Nos encontramos con él allá. Con él después estuvimos una semana. Juan Pablo Dobal dirigió un quinteto de tango. Estaba él, en piano, argentino, residente en Amsterdam. En bandoneón, un argentino, mendocino, vivía en Barcelona. Iba a ir para tocar el violín, nada menos que Antonio Agri, pero lo operaron justo de la vesícula y no pudo ir. Yo le decía a Juan Pablo: Sabés lo que va a ser para vos tocar con Agri. Pero no pudo ser. El bajo y guitarra era un chico argentino residente en París, un porteño. Y había dos parisinos. El violinista tuvo que ser parisino.

Y bailó Julio Bocca con la Cassano, que ahí los conocimos. ¡Qué tipo fantástico!. Y cantó Amelita Baltar. El 26 fue para el cuerpo diplomático y el 27 para el público en general.

RR: ¿Qué le pareció Temperley? La primera impresión.

D: Lo que me impresionaron fueron las casas. Todos chalets tipo ingleses. Similar a las casas de los ingleses en Spurr, en Bahía Blanca.

RR: ¿Alguna vez tuvo una participación social o cívica?

D: Bueno, soy vecino ilustre de Lomas de Zamora. Tengo varios títulos. Pero sabés dónde, aunque te parezca mentira. Fui Secretario de Cultura de Lanús.

Porque mi hermano, Monseñor Dobal, en Bahía Blanca fue Secretario Canciller del Obispo de La Pampa, Monseñor Mayer, como 20 años. Estuvo como capellán de la cárcel. Tuvo contacto con un jefe de policía que lo mandaron de acá en una época en que hubo una revolución. Entonces un día me escribe y me dice: ¿por qué no le hacés unos dibujos acá al jefe de policía de La Pampa, Coronel Cirulli, un gran tipo, tiene tantas inquietudes...?. Y bueno. Le mandé dibujos. No se los cobraba por supuesto. ¡Uh! Unas cartas de agradecimiento me mandaba este buen hombre. La policía distribuía la revista, era fantástica, industrial, económica, social, en La Pampa. No sé cuántos números salió.

Después, este coronel estuvo en Lanús, de intendente. Me dice, Dobal, quiero tenerlo de Secretario de Cultura. Le digo no. Tengo tantas cosas. Tenía dos historietas en La Razón. Hacía lo de todos los días en Clarín, las páginas de los domingos... Estaba loco. Pero me dice, lo mando a buscar y charlamos. Fui, y no le supe decir que no.

RR: ¿En qué año?

D: Onganía era presidente. A la semana, lo fui a ver (N.R.: al intendente de Lanús) y le digo: No, esto no es para mí. No. Hay que tener un carácter especial para estar en la función pública.

RR: De su experiencia en Lanús, se desprende que usted no quiso tener en otro momento ninguna participación o militancia...

D: Yo no supe decirle que no. Yo muchas veces me preguntaba ¿Qué hago acá?. Me quedé 3 meses. Me pidió por favor que siguiera. Después me suplantó el hijo de Félix Laíño, porque ellos eran de Lanús. Don Félix recién se fue a vivir a Buenos Aires cuando murió la mujer.

RR: En Temperley, ¿cómo es su participación en los temas vecinales?. Por supuesto, debe tener opinión ¿no es cierto?

D: No, qué puede valer mi opinión (encogiéndose de hombros, risas de todos).

RR: Por ejemplo: Autonomía Municipal. ¿Le interesa que la ciudad tenga su propia decisión política?

D: ¡Cómo no que sería interesante!. Pienso que sería interesante. ¿Por qué no?. No sé si va a ser beneficioso. No puedo saberlo ¿no?. Pero que tenga autonomía municipal sería muy bueno. El plan ya ha estado en varias reuniones cuando han hablado de ello.

OP: Sus actividades. Evidentemente muchas actividades son culturales. Porque, o va o lo llaman. Ahora, estas otras actividades que son cívico-políticas, ¿lo mueven, lo motorizan, tiene interés, o prefiere más la parte cultural?

D: Realmente prefiero la parte cultural. Si tengo que elegir entre ambos...

RR: Usted debe simpatizar con el tema de la preservación del patrimonio histórico...

D: Por supuesto que sí. Lloré cuando voltearon la casa de los Arancedo.

RR: Yo le saqué una foto a esa casa, y después le saqué una foto del baldío que quedó...

D: ¡Uh!

RR: ... entre el portón que había quedado semiabierto. Lo puse en la página a modo de protesta...

D: Yo soy muy amigo de todos ellos. Incluso del Obispo de Mar del Plata.

RR: Con su señora, colaboran en las obras de la parroquia de la Piedad...

D: En las obras de la parroquia sí estamos mucho. Más mi señora por supuesto ¿no?. Mañana tiene una venta de comida para ayudar al hogar.

RR: ¿Qué le parece que está pasando a nivel local, o nacional? ¿A qué atribuye lo que pasa?

D: Lo que está pasando es insólito, no pasó nunca. Dicen los que saben que es culpa de todos nosotros. Que todos tenemos la culpa. Tal vez seguramente los que tenemos posibilidad en algún medio, a lo mejor yo debo tener más culpa que el señor que vive enfrente. Porque en mis manos tengo un poco de poder. Mirá, nunca se me ocurrió pensarlo más que en este momento. Uno, al tener un recuadro todos los días tiene un poco de poder. A lo mejor uno tiene culpa, seguramente que sí ¿no?

RR: Yo creo que a todos nos cabe algo...

D: Ahora, dicen que esto de que no haya dinero, que el país no lo tenga, es una cosa que... Porque, si bien es cierto, el dinero existe, y el dinero hace mover todo. Lo que pasa es que en este país, hasta que no le den dinero al de muy abajo, mientras no tenga dinero el de abajo... Porque ése es el que hace mover al país. Porque ése, el de muy abajo no sólo necesita comer, necesita sábanas, necesita frazadas, necesita ventanas, necesita todo. Mirá una vez, con un diariero que me traía el diario a la tarde, traía Crónica, hace de esto 3 años o más. Ya empezaba a verse la cosa medio dura. Me dice: Mire Dobal, si el negro (todavía me dice: esto de negro dicho con todo respeto) no tiene plata el país no camina. Porque es el que hace funcionar todo. Gana 500. Gasta 500. Y es cierto. Lo que pasa es que no hay plata abajo. En cuanto tenga plata toda esa gente, le sobre... No que le sobre. Que le alcance para vivir, por lo menos para desenvolverse... Y si eran los que compraban un diario también, y dejaron de comprar los diarios. Primero las revistas. No se olviden que Gente, Billiken, El Gráfico, tiraban 380.000 ejemplares como si nada, y hoy no me atrevería a decir cuánto tiran. Desapareció Anteojito...

Autonomía Municipal: "No sé si va a ser beneficioso. No puedo saberlo ¿no?. Pero que (Temperley) tenga su propia autonomía municipal sería muy bueno

DOBAL

Marcso Eserequis, Dobal y Enrique Febbraro
Marcso Eserequis, Dobal y Enrique Febbraro

Junto al reconocido médico y vecino de la ciudad, Dr. Marcos Eserequis (izquierda), y al médico lomense, Dr. Enrique Febbraro (centro), quien instituyó mundialmente el Día del Amigo.

Recibiendo la distinción de Vecino Ilustre de Lomas de Zamora

"Fui Secretario de Cultura de Lanús... Hay que tener un carácter especial para estar en la función pública"

DOBAL

Felipe Miguel Ángel Dobal
Felipe Miguel Ángel Dobal

Don Miguel y algunas distinciones recibidas

Idea y realización

Rolando Ríos

Bibliografía

Oscar Vázquez Lucio. Historia del Humor Gráfico y Escrito en la Argentina. Tomo 2 (1940-1985). EUDEBA, 1987

Diario Clarín. Varias fechas

Diario La Razón. Varias fechas

Salta La Risa: http://www.saltalarisa.com.ar

Licencia Creative Commons
Licencia Creative Commons

Licencia Creative Commons
No se permite la utilización de la obra para fines comerciales.
No se permite la distribución de obras derivadas basadas en ella.
Reconocimiento de la autoría de la obra.

Vea también

Temperley del ayerTemperley del ayer
Historia de la ciudad de TemperleyHistoria de la ciudad de Temperley
Historia de TurderaHistoria de Turdera

¿Querés saber más?

Cronología históricaCronología histórica
Investigaciones históricasInvestigaciones históricas
VecinosVecinos

Seguinos

TemperleyWeb

Sitio web dedicado a las ciudades de Llavallol, San José, Temperley y Turdera

Si pasa en tu ciudad, te pasa a vos

Fundado el 25 de Mayo de 2000